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THE SECRET OF AN UNDERGROUND RIVER

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We were 22 meters underground. We turn off the headlights of our helmets, we remain silent and immobile for three minutes. My first time experiencing absolute total silence. Without the sound of ambulances, trains, planes and New York’s loud voices.

Nor was a ray of light reflected in the cave. It was absolutely dark. I couldn’t see the outline of my hands. But I was never afraid, I think nobody felt fear. We only enjoyed that peace and harmony that we went to look for at the place where the Mayan Gods delighted for many centuries: The secret river (Río Secreto).  

The expedition began with a 20-minute walk through the jungle. We wore special clothes and water shoes. Before that, we had to leave our belongings in a locker and take a bath to eliminate all the chemicals that we may have in our body, so we were not going to contaminate the water. 

In a curve we found a shaman, who asked us to make a circle to start the ritual. It was the first interaction with the Mayan culture. With herbs and incenses he repeated his prayer to ask the Gods to bless our almost two-hour journey through the natural reserve of the Mexican Riviera

Nothing would happen to us because we were protected. They had approved our visit. 

Holding hands, because of the rocky path, we descended and entered this almost 12-kilometer cave system. We dive into the water. “Shit, it’s freezing,” Canadian tourists shouted. In my case, I held my breath until my body acclimatized to the water. 

We turned on our flashlights… 

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We look around us. It gave us chills, and three of the eight tourists were gasping. This was an ecosystem like none of us has ever seen before. 

It was a river, with no current, hidden below the surface. A turquoise color reflected in our lights. On the sides, we were amazed with the white and yellow rocky walls, rich in stalagmites, stalactites and calcium columns.

All intertwined with each other, as if someone had sculpted them so. We were not allowed to touch them or hold onto them. The big rocks in the water caused us to stumble so our walk was very slow. 

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Courtesy by Río Secreto

In certain areas we had to swim in the depth of the river. “Be careful, if you drink from this water, You will surely have a kidney stone later”, the guide, Yonathan explained when talking about the richness in calcium carbonate that are present in this ecosystem. 

However, we were allowed to swim and enjoy the water. Once again, we turned off all the lights and enjoyed the darkness again. It was only two minutes. A little moment to relax completely and enough to be delighted. 

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As we continued descending, the guide indicated that for the Mayans, the caves were a place where their gods lived because the water had not been touched by man. Also, when they discovered the area in 2006, they discovered archaeological remains.

Almost an hour had passed, and our journey was still going. In each sector the hue of the walls changed and even the stalagmites were replaced by helictites that looked like corals or popcorn..

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We also observed some mangrove roots and were scared to see a scorpion resting on a rock, but we tried not to scream so as not to awaken the bats.

Charged with the energy of the Secret River (Rio Secreto), we saw a light. We were near the exit. “See that hole up there. A fox fell while being chased. This is how they discovered this reserve”, Yonathan told us. 

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As we continued walking, the path was getting brighter. We reached the surface and found an archaeological vessel, which probably belonged to the Mayan Culture. It was the end of our expedition.

We felt privileged because Río Secreto opened its doors in 2009. It is an almost unknown place for many tourists, despite being one of the destinations recommended by National Geographic magazine. 

To end this amazing and vibrant expedition, we made a toast with anise. Then we all have a Mexican lunch buffet that was included in the ticket. We had chicken, lime soup and some tostadas.

Río Secreto taught us that Mother Nature is so rich in ecosystems and there is still so much to explore.

IMPORTANT TIPS:

  • Río Secreto is located 5 kilometers south of Playa del Carmen, in Quintana Roo State, Mexico.  
  • The caves in the Yucatan Peninsula, Mexico, are underwater. Aquifers like Río Secreto are filled by rain that seeps through the limestone. 
  • Río Secreto is a model of sustainable tourism. They preserve the underground area and the jungle that is above it.  
  • In the jungle they have felines such as the jaguar, puma, ocelot, tigrillo and jaguarundi. There are deer, anteaters, and raccoons.
  • Unique creatures capable of surviving in perpetual darkness also live within the ecosystem. These are the blind shrimp, the white lady (a blind translucent fish), and scorpions. 
  • The ticket costs 79USD. 
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El Secreto de un Río Subterráneo

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Estábamos a 22 metros bajo tierra. Apagamos las linternas de nuestros cascos, nos quedamos callados e inmóviles por tres minutos. Mi primera vez experimentando el silencio total. Sin el sonido de las ambulancias, los trenes, los aviones y los gritos newyorkinos.

Tampoco se reflejaba ni un rayo de luz en la cueva. Era absolutamente oscuro. No podía ver ni el contorno de mis manos. Pero nunca tuve miedo, creo que ninguno lo sintió. Sólo disfrutábamos de esa paz y armonía que fuimos a buscar al sitio donde los “Dioses Mayas” se deleitaron por muchos siglos: Río Secreto.

La expedición comenzó con un recorrido a pie por la selva durante 20 minutos. Vestíamos ropa especial y zapatos de agua. Antes tuvimos dejar en un casillero nuestras pertenencias y tomar un baño para eliminar todo el químico que tenemos en el cuerpo de esta manera no contaminabamos el agua.

En una curva encontramos a un chamán, quien nos pidió hacer un círculo para iniciar el ritual. Fue la primera interacción con la cultura Maya. Con hierbas e inciensos repetía su oración para pedirles a los “Dioses” que bendigan nuestra travesía de casi dos horas por la reserva natural de la Riviera mexicana.

Nada nos pasaría porque estábamos protegidos. Ellos habían aprobado nuestra visita.

Tomados de la mano, por lo rocoso que era el camino, descendimos y entramos a éste sistema de cuevas de casi 12 kilómetros. Nos sumergimos en el agua. “Shit, it’s freezing”, gritaban los turistas canadienses. En mi caso, contuve la respiración hasta que mi cuerpo se aclimatara al agua.

Prendimos nuestras linternas…

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Miramos a nuestro alrededor. Nuestra piel se erizó y tres de los ocho turistas quedaron boquiabiertos. Un ecosistema jamás visto. En mi caso, solo en una foto publicada en facebook.

Era un río, sin corriente, escondido debajo de la superficie. Un color turquesa se reflejaba con nuestras luces. A los lados, los asombrábamos con la paredes rocosas blancas y amarillas ricas de estalagmitas, estalactitas y columnas de calcio. Todas entrelazadas entre sí, como si alguien las hubiera esculpido.

Teníamos prohibido tocarlas o sostenernos de ellas. Las grandes rocas en el agua nos hacia tropezar por lo que nuestra caminata era muy lenta.

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Cortesía Río Secreto

En ciertas áreas nos tocó nadar por la profundidad del río. “Cuidado beben de esta agua. Si lo hacen tendrán de seguro una piedra en el riñón”, nos explicaba el guía Yonathan al hablar sobre la riqueza en carbonato calcio que tiene el ecosistema.

Sin embargo, nos permitió nadar y disfrutar el agua. Una vez más apagamos todo y volvimos a disfrutar de la oscuridad. Fueron solos dos minutos. Poco para relajarnos completamente y lo suficiente para deleitarnos.

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Mientras seguíamos descendiendo, el guía nos indicaba que para los Mayas, las cuevas eran un sitio donde habitaban sus dioses porque el agua no había sido tocada por el hombre. Además, cuando descubrieron el área en el 2006, descubrieron restos arqueológicos.

Había transcurrido casi una hora y nuestra travesía aún continuaba. En cada sector la tonalidad de las paredes cambiaba e incluso las estalagmitas quedaron remplazadas por  helictitas que lucían como corales o popcorn.

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También observamos algunas raíces de manglar y nos asustamos al ver un escorpión descansando en una roca pero tratamos de no gritar para no despertar a los murciélagos. .

Recargados de la energía de Río Secreto, vimos una luz. Estabamos cerca de la salida. “Ven ese hueco allá arriba. Un zorro cayó mientras lo perseguían. Así fue como descubrieron esta reserva”, nos comentó Yonathan.

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Al seguir caminando, el sitio aclaraba. Llegamos a la superficie y encontramos una vasija arqueológica, que probablemente pertenecía a la Cultura Maya. Era el fin de nuestra expedición.

Nos sentíamos privilegiados porque Río Secreto abrió sus puertas en el 2009. Es un lugar casi desconocido para muchos a pesar de ser parte de los destinos recomendados por la revista National Geographyc.

Al terminar, brindamos emocionados con un anís para celebrar que volvimos sanos y salvos, y concluíamos la tarde con un almuerzo típico mexicano (tostadas, pollo tinga, sopa de lima).

Río Secreto nos enseñó que nuestro planeta nos sorprende con diferentes ecosistemas y lo rico de la vida es poder experimentar todo lo que la madre naturaleza ha diseñado para nosotros.

Datos:

  • Río Secreto está ubicado a 5 kilómetros al sur de Playa del Carmen, Quintana Roo, México.
  • Las cuevas en la Península de Yucatán, México, están debajo del agua. Los acuíferos como Rio Secreto se recargan gracias a la lluvia y se filtra a través de la roca caliza.
  • Río Secreto es un ejemplo de turismo sustentable. Preservan la zona subterránea y la selva que esta encima de este.
  • En la selva tienen felinos como el jaguar, puma, ocelote, tigrillo y jaguarundi. Existen venados, osos hormigueros, mapaches.
  • Dentro del ecosistema también viven seres únicos capaces de sobrevivir en la oscuridad perpetua. Estos son el camarón ciego, la dama blanca, escorpiones.
  • La entrada tiene un valor de 75USD.
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