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A QUICK STOP AT KANARRA FALLS

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I closed my eyes for a couple of minutes. All I could hear was the sound of the water flowing in the river. I was at a higher plane of tranquility, under a spell. The city noise was gone and this time it wasn’t my sleep machine or my YouTube audios for meditation. 

Sucedía en vivo y a medida que me acercaba a la montaña, su sonido era más intenso. Al igual que el canto de los pájaros que me acompañaban en mi caminata. 

Mi amigo y yo estábamos solos en medio de la naturaleza. Mientras entrábamos al cañón por el arroyo y nuestro camino se estrechaba, el paisaje se volvía alucinante por la poca entrada de luz. Era el mejor momento para recargar energías. 

Esta conexión con la naturaleza ocurrió en las cascadas de Kanarra, cerca del Parque Nacional Zion, en el estado de Utah (el oeste de Estados Unidos), conocido por sus formaciones geológicas rocosas que evocan al planeta Marte. 

¿Cómo llegar? 

Kanarra Falls is becoming the new place for adventure seekers because of its short paths, the similarity with cañón del Antílope, plus a creek, and the gorgeous and thoroughly photographed waterfalls. It’s the perfect route to add to your itinerary inside los parques nacionales de Utah 

Era finales de noviembre y acompañaba a un amigo a manejar desde Los Ángeles hasta Nueva York (costa oeste a este). Salimos de Las Vegas a las 5am y casi dos horas y media después hicimos una parada rápida. Sin planear comenzamos la aventura. 

La manera más fácil es llegar manejando desde Las Vegas (2 horas y media) o desde la ciudad de Salt Lake (cuatro horas y media). Otra opción es dormir en Cedar (a 15 minutos) o St. George (1hora). 

¿Qué empacar?  

Lo más importante y lo primero que hay que empacar: zapatos para agua, botas para caminatas o medias de lana que sean para excursión. En otoño y primavera, el agua es helada y parte del camino es sobre el río. 

Por viajar sin mucha planificación, andaba con zapatos deportivos blancos (que volvieron llenos de lodo y arcilla) y por más que cruzaba lentamente pisando las piedras o saltando entre los cauces hubo un punto donde no tenía otra opción que mojarme. En cambio, mi amigo estaba preparado.  

En todo caso, el agua no es profunda. Durante el recorrido hacia la primera cascada, llega hasta el tobillo.

Es importante empacar una mochila, botellas con agua y protector solar. 
 

La expedición  

La caminata es moderada y corta. La duración total es de 2 a 3 horas, pero depende si avanzas hasta la tercera cascada. Aunque la mejor vista la tiene la primera caída de agua.  

Al comienzo es plano, despué se sube por la colina, luego entre ramas, por las rocas y saltando riachuelos. El sendero no está señalizado, pero no es complicado ver la ruta. A medida que uno se acerca al cañón, el trayecto se estrecha y hay que adentrarse para poder ver la primera cascada. 

Una vez adentro es paisaje es asombroso. 

Las formaciones rocosas erosionadas, el color del cañón, la cascada, un tronco y una escalera de madera fueron el marco de la primera parada de Kanarras. Subiendo se llega a las otras dos estaciones, pero la mejor y la más fotografiable sin duda es esta. 

Mis zapatos inadecuados me impidieron seguir hacia la segunda cascada, pues la escalera era resbaladiza y el agua, heladísima. ¡Aprendí mi lección!  

Sin embargo, aproveché ese momento para deleitar mi vista y mantener ese contacto con la belleza natural que ofrece el estado de Utah, mientras mi amigo se adelantaba.  

Para anotar    

·    The ticket cost 12 USD per person with parking included.  

·    Only 150 persons are allowed to enter per day. I recommended you to buy it before on their website www.kanarrafalls.com  

·    Pets are not allowed on the trail and it’s also not intended for kids under 6 years old. 

·    The best seasons are the Spring and Fall.   

·    There is a restroom just a bit after the trail begins, and at the parking lot. 

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Explorando Utah: Las cascadas de Kanarra

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Cerraba mis ojos y el sonido del agua cayendo sobre las rocas y fluyendo en su cauce, me relajaba y me deleitaba. Esta vez, no era mi máquina para dormir ni los audios de YouTube, que se escuchan para meditar. 

Sucedía en vivo y a medida que me acercaba a la montaña, su sonido era más intenso. Al igual que el canto de los pájaros que me acompañaban en mi caminata.  

Cuando abría mis ojos, en cambio, sobre mi resplandecía ese color naranja y rojizo del cañón que se imponía frente a mí.  

Mi amigo y yo estábamos solos en medio de la naturaleza. Mientras entrábamos al cañón por el arroyo y nuestro camino se estrechaba, el paisaje se volvía alucinante por la poca entrada de luz. Era el mejor momento para recargar energías. 

Esta conexión con la naturaleza ocurrió en las cascadas de Kanarra, cerca del Parque Nacional Zion, en el estado de Utah (el oeste de Estados Unidos), conocido por sus formaciones geológicas rocosas que evocan al planeta Marte.  

¿Cómo llegar?  

Las cascadas de Kanarra es la ruta de senderismo que se ha convertido en un nuevo destino, por ser una caminata corta, por su parecido al cañón del Antílope, pero con agua y por ser muy fotografiable. 

Era finales de noviembre y acompañaba a un amigo a manejar desde Los Ángeles hasta Nueva York (costa oeste a este). Salimos de Las Vegas a las 5am y casi tres horas después comenzamos la aventura.

La manera más fácil es llegar manejando desde Las Vegas (2 horas y media) o desde la ciudad de Salt Lake (cuatro horas y media). Otra opción es dormir en Cedar (a 15 minutos) o St. George, que son dos pueblos cercanos. Esta caminata es ideal y una parada estratégica si estás recorriendo el Gran Cañón, el Parque Nacional Zion, o el cañón Glen.

¿Qué empacar?  

Lo más importante y lo primero que hay que empacar: zapatos para agua, botas para caminatas o medias de lana que sean para excursión. En otoño y primavera, el agua es helada y parte del camino es sobre el río.  

Por viajar sin mucha planificación, andaba con zapatos deportivos blancos (que volvieron llenos de lodo y arcilla) y por más que cruzaba lentamente pisando las piedras o saltando entre los cauces hubo un punto donde no tenía otra opción que mojarme y congelarme.  En cambio, mi amigo estaba preparado.

En verano incluso se puede llevar traje de baño… Obvio, incluir agua y protector solar. 

La expedición  

La caminata es moderada y corta. La duración total es de 2 a 3 horas, pero depende si avanzas hasta la tercera cascada. Aunque la mejor vista la tiene la primera caída de agua.  Como la ruta de ida es la misma que la de retorno, son en total 5.4 kilómetros hacia el primer punto. ¿Fácil no?  

Al comienzo es plano, despué se sube por la colina, luego entre ramas, por las rocas y saltando riachuelos. El sendero no está señalizado, pero no es complicado ver la ruta. A medida que uno se acerca al cañón, el trayecto se estrecha y hay que adentrarse para poder ver la primera cascada.  

Las formaciones rocosas erosionadas, el color del cañón, la cascada, un tronco y una escalera de madera fueron el marco de la primera parada de Kanarras. Subiendo se llega a las otras dos estaciones, pero la mejor y la más fotografiable sin duda es esta.  

Mis zapatos inadecuados me impidieron seguir hacia la segunda cascada, pues la escalera era resbaladiza y el agua, heladísima. ¡Aprendí mi lección! Sin embargo, aproveché ese momento para deleitar mi vista y mantener ese contacto con la belleza natural que ofrece el estado de Utah. 

Datos:  

  • La entrada vale 12 USD por persona e incluye el parqueadero. Hay que reservarlas con anticipación en el sitio web www.kanarrafalls.com 
  • La caminata es limitada a 150 personas por día. No es recomendable para menores de 6 años. 
  • La mejor temporada es la primavera y el otoño.  
  • Las mascotas no están permitidas.  

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12 cosas que hacer en Praga

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Amor a primera vista. Así definiría Praga, capital de la República Checa. Es una de las ciudades más románticas y espléndidas de Europa del este. Conocida, también, por tener el castillo más grande y la calle más estrecha del mundo.  

Sus torres, sus iglesias góticas, sus techos rojos, su luz tenue y su laberinto de callejuelas empedradas te sumergen en su historia medieval. Otros espacios, nos recuerdan el amargo paso de las guerras mundiales, la invasión nazi y los estragos del Comunismo.  

A Praga se la puede conocer a pie, ya que sus calles son un museo, pero se requiere al menos 4 días para disfrutarla mejor. Así que recopilé qué hacer y dónde ir en un fin de semana. Claro, respetando las reestriciones debido a la pandemia por el covid19.  

1.- Observar el Reloj Astronómico   

El esqueleto tira de la cuerda, las figuras alegóricas referente a los vicios se mueven, los 12 apóstoles aparecen por las ventanitas y finalmente, el gallo canta. Centenares de turistas se aglomeraban cada cambio de hora para formar parte del mejor espectáculo de Praga.  

El reloj está en la plaza de la Ciudad Vieja (Staré Město) y con más de 600 años todavía funciona. ¡Wow! Puede mostrar la hora, la fecha, la posición de los cuerpos celestes y los ciclos astronómicos. Imposible no filmar un vídeo.  

2.- Subir a la Torre del Ayuntamiento   

Las mejores postales de la ciudad medieval son sin duda desde la Torre del Ayuntamiento, arriba del Reloj Astronómico.  

Tiene 70 metros de altura y desde la terraza se observan las iglesias y los castillos que decoran la ciudad. Su precio es de 10 USD (250 corona checa).  

3.- Visit the Church of Our Lady Tyn  

Uno de los monumentos más góticos de Praga. Es también, la iglesia más antigua. Encontrar la entrada es un poco complicado porque no tiene fachada. Pero, el ingreso es desde un callejón lateral. Su entrada es gratis, aunque hay una contribución voluntaria.  

4.- Know the Powder Tower  

Era una de las 13 puertas de entrada de la Ciudad Vieja y como lo dice su nombre ahí se almacenaba la pólvora durante las guerras. En la zona superior de la torre hay una terraza al aire libre, desde allí se obtienen unas estupendas vistas del distrito.  

5.- Crossing the Charles Bridge  

Las áreas más conocidas de Praga son Staré Město (Ciudad Vieja) y Malá Strana (la Ciudad Nueva). Las dos se conectan con el concurrido puente de Carlos.  

Este emblemático puente fue construido por el Rey Carlos IV. Su encanto: está rodeado de artistas callejeros, quienes tocan románticas melodías o venden sus cuadros. Es tan romántico que dan ganas de cruzarlo una y otra vez. La mejor hora es de noche, pero vale madrugar y poder disfrutarlo vacío.  

6.- Tocar la imagen del perro de San Juan Nepomuceno  

El puente Carlos tiene 30 esculturas religiosas, pero no son las originales. Pero, la que se lleva toda la atención es la de San Juan Nepomuceno y la figura de su perro.  

Legend says that the saint was the queen’s confessor. The king, who distrusted his wife, asked Nepomuk about her infidelities and because he didn’t want to reveal the true, his tongue was cut off and he was thrown into the Vltava River from the bridge.  

La creencia popular dice que si se coloca la mano izquierda sobre la figura del perro (que simboliza fidelidad) y se pide un deseo, éste será concedido.  

7.- Walk around the Malá Strana area  

Cruzando el puente y del otro lado de la Ciudad Vieja está el área de Malá Strana. Su vibra es más juvenil porque está rodeado de bares, restaurantes, galerías, librerías y tiendas. Pero, aún podrás observar castillos e iglesias.  

También está la Torre Petrín, una imitación en pequeño de la Torre Eiffel de París, pero con la mejor vista panorámica de Praga; el museo del dramaturgo Franz Kafka, y a pocos pasos la calle más estrecha, donde un semáforo te indicará si puedes o no transitar.  

8.- Explorar el Castillo de Praga  

Es el más grande del mundo, pero no es solo un castillo sino un conjunto arquitectónico que incluye también palacios, torres, la iglesia gótica San Vito y el callejón de oro (el antiguo barrio de los orfebres y donde vivió el escritor Franz Kafka).  

El castillo está marcado por invasiones, incendios y guerras. Fue un cuartel de los nazis en la II Guerra Mundial y luego desde ahí funcionaba las oficinas soviéticas. Ahora es la Sede de la Presidencia.  

Se requiere de buen estado físico para subir la colina y las gradas empedradas hasta empezar el circuito. Pero, al bajar las escalinatas, hay sitios para tomarse un vino caliente o cervezas con una vista espectacular de la ciudad. Ya abajo, está cercana la estación del metro.  

9.- Take a picture on John Lennon’s wall  

Seas o no fanático de los Beatles, ésta es una parada obligatoria ya que es el símbolo de la libertad de expresión en Praga. Es un sitio muy concurrido por los que buscan fotografiarlo y por qué no, escuchar sus canciones interpretadas por artistas callejeros.   

Cuenta la historia que cuando asesinaron a John Lennon (en Nueva York, 1980) como parte de los homenajes en el mundo, apareció su retrato, rodeado de frases en contra del régimen comunista que dominaba la República Checa esa década. A pesar de que las autoridades comunistas pintaban continuamente de blanco el muro, volvían a retratarlo junto con nuevos mensajes.  

10.- Hacer la ruta por las obras de arte de David Černý   

La antítesis de la monumental e histórica Praga la conforman las peculiares y controvertidas esculturas del artista checo, David Černý. Vale la pena apreciar algunos de sus alocadas obras que tienen un tono de protesta y denuncia social.  

En Malá Strana y al pie del museo Kafka, te llamará la atención dos figuras en movimiento que orinan sobre un estanque con la forma de la República Checa. Volviendo a la ciudad vieja, en la calle Husava, deberás fijarte bien en la escultura que aparece colgado de una viga (Sigmund Freud).  

A unos pasos, la obra más buscada por los turistas. Su gran trabajo llamado Metamorfosis, que es la cabeza del escritor Kafka en una escala de 11 metros, de acero y en movimiento.  

Caminando hacia la Plaza Wenceslao y escondida en uno de sus edificios, está la escultura de San Wenceslao, santo y símbolo de la identidad checa. La versión de Černý de ésta figura muestra a su caballo boca abajo, muerto y con la lengua fuera.  

11.- Photograph the Dancing House  

Si seguimos buscando obras artísticas, modernas y fuera de lo común hay otra parada: La Casa Danzante. Nadie creería que una pareja de bailarines de Hollywood inspiró esta construcción, que fue criticada al inicio por su estilo para nada lineal. Ahora es otro ícono de la ciudad y se puede incluso subir al bar de la terraza, tomar más cervezas junto al Río Moldava.  

12.- Try Trdelník, Goulash and craft beers  

En cada esquina de Praga, especialmente en la ciudad vieja, se ven locales horneando unos rollitos y luego rellenándolos de helado. Son los Trdelnik y aunque sea un kilo de azúcar no se puede pasar la oportunidad de probarlos.  

El Goulsah es otro plato típico, consiste en carne guisada con especias. El sabor es bastante fuerte por lo que lo acompañan de rodajas de pan o papas. La tradición, también, es servirlo con una cerveza negra.  

Y si es sobre cervezas, los habitantes de este país son conocidos por consumirlo más en todo el mundo. Solo en Praga hay 30 fábricas. La Pilsner Urquell es una de las típicas.  

Antes de la pandemia se organizaban tours por cervecerías que llevan más de un siglo funcionando y por supuesto, recorridos por los bares. Ahora es mejor consultar los sitios oficiales para tener una idea más clara sobre las restricciones.   

Para anotar:  

  • Prague is an affordable city. Hotel rooms, restaurants, transportation, tours, everything will be much less expensive than other European capitals. The best prices are in winter season.   
  • The Czech Republic and Slovakia formed Czechoslovakia and separated peacefully in 1993.  
  • Su idioma es el checo  
  • Su moneda es la Corona Checa, a pesar de ser parte de la Unión Europea  
  • In the old city, it was easy to find free tours. Of course, leave a tip.  
  • If you have more time you can add to your list the Jewish neighborhood and cemetery, Wenceslas Square and take a cruise along the Vltava River.   

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12 cosas que hacer en Praga

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Amor a primera vista. Así definiría Praga, capital de la República Checa. Es una de las ciudades más románticas y espléndidas de Europa del este. Conocida, también, por tener el castillo más grande y la calle más estrecha del mundo.

Sus torres, sus iglesias góticas, sus techos rojos, su luz tenue y su laberinto de callejuelas empedradas te sumergen en su historia medieval. Otros espacios, recuerdan el amargo paso de las guerras mundiales, la invasión nazi y los estragos del Comunismo.

A Praga se la puede conocer a pie, ya que sus calles son un museo, pero se requiere al menos 4 días para disfrutarla mejor. Así que recopilé qué hacer durante un fin de semana. Claro, respetando las reestriciones debido a la pandemia por el covid19.

1.- Observar el Reloj Astronómico   

El esqueleto tira de la cuerda, las figuras alegóricas referente a los vicios se mueven, los 12 apóstoles aparecen por las ventanitas y finalmente, el gallo canta. Centenares de turistas se aglomeraban cada cambio de hora para formar parte del mejor espectáculo de Praga. 

El reloj está en la plaza de la Ciudad Vieja (Staré Město) y con más de 600 años todavía funciona. ¡Wow! Puede mostrar la hora, la fecha, la posición de los cuerpos celestes y los ciclos astronómicos. Imposible no filmar un vídeo. 

2.- Subir a la Torre del Ayuntamiento  

Las mejores postales de la ciudad medieval son sin duda desde la Torre del Ayuntamiento, arriba del Reloj Astronómico. Tiene 70 metros de altura y desde la terraza se observan las iglesias y los castillos que decoran la ciudad.

Su precio es de 10 USD (250 corona checa).  

3.- Visitar la iglesia Nuestra Señora de Tyn 

Uno de los monumentos más góticos de Praga. Es también, la iglesia más antigua. Encontrar la entrada es un poco complicado porque no tiene fachada. Pero, el ingreso es desde un callejón lateral. Su entrada es gratis, aunque hay una contribución voluntaria.   

4.- Conocer la Torre de la Pólvora  

Era una de las 13 puertas de entrada de la Ciudad Vieja y como lo dice su nombre ahí se almacenaba la pólvora durante las guerras desde el siglo XVIII. En la zona superior de la torre hay una terraza al aire libre, desde allí se obtienen unas estupendas vistas del distrito. 

5.- Cruzar el puente de Carlos  

Las áreas más conocidas de Praga son Staré Město (Ciudad Vieja) y Malá Strana (la Ciudad Nueva). Las dos se conectan con el concurrido puente de Carlos.  

Este emblemático puente fue construido por el Rey Carlos IV. Su encanto: está rodeado de artistas callejeros, quienes tocan románticas melodías o venden sus cuadros. Es tan romántico que dan ganas de cruzarlo una y otra vez. La mejor hora es de noche, pero vale madrugar y poder disfrutarlo vacío. 

6.- Tocar la imagen del perro de San Juan Nepomuceno  

El puente Carlos tiene 30 esculturas religiosas, pero no son las originales. La que se lleva toda la atención es la de San Juan Nepomuceno y la figura de su perro.  

Cuenta la leyenda que el santo era el confesor de la reina de Bohemia. El Rey Wenceslao IV, que desconfiaba de su mujer, le preguntó a Nepomuceno por las supuestas infidelidades y como él no quiso revelarle nada, le cortaron la lengua y lo tiraron al río Moldava desde el puente. 

La creencia popular dice que si se coloca la mano izquierda sobre la figura del perro (que simboliza fidelidad) y se pide un deseo, éste será concedido. 

7.- Caminar por el Barrio Malá Strana 

Cruzando el puente y del otro lado de la Ciudad Vieja está el área de Malá Strana. Su vibra es más juvenil porque está rodeado de bares, restaurantes, galerías, librerías y tiendas. Pero, aún podrás observar castillos e iglesias.

También está la Torre Petrín, una imitación en pequeño de la Torre Eiffel de París, pero con la mejor vista panorámica de Praga; el museo del dramaturgo Franz Kafka, y a pocos pasos la calle más estrecha, donde un semáforo te indicará si puedes o no transitar.  

8.- Recorrer el Castillo de Praga  

Es el más grande del mundo, pero no es solo un castillo sino un conjunto arquitectónico que incluye también palacios, torres, la iglesia gótica San Vito y el callejón de oro (el antiguo barrio de los orfebres y donde vivió el escritor Franz Kafka). 

El castillo está marcado por invasiones, incendios y guerras. Fue un cuartel de los nazis en la II Guerra Mundial y luego desde ahí funcionaba las oficinas soviéticas. Ahora es la Sede de la Presidencia.  

Se requiere de buen estado físico para subir la colina y las gradas empedradas hasta empezar el circuito. Pero, al bajar las escalinatas, hay sitios para tomarse un vino caliente o cervezas con una vista espectacular de la ciudad. Ya abajo, está cercana la estación del metro.

9.- Tomarse una foto en el muro de John Lennon  

Seas o no fanático de los Beatles, ésta es una parada obligatoria ya que es el símbolo de la libertad de expresión en Praga. Es un sitio muy concurrido por los que buscan fotografiarlo y por qué no, escuchar sus canciones interpretadas por artistas callejeros.

Cuenta la historia que cuando asesinaron a John Lennon (en Nueva York, 1980) como parte de los homenajes en el mundo, apareció su retrato rodeado de frases en contra del régimen comunista que dominaba la República Checa esa década. A pesar de que las autoridades comunistas pintaban continuamente de blanco el muro, volvían a retratarlo junto con nuevos mensajes.  

10.- Hacer la ruta por las obras de arte de David Černý 

La antítesis de la monumental e histórica Praga la conforman las peculiares y controvertidas esculturas del artista checo, David Černý. Vale la pena apreciar algunos de sus alocadas obras que tienen un tono de protesta y denuncia social.  

En Malá Strana y al pie del museo Kafka, te llamará la atención dos figuras en movimiento que orinan sobre un estanque con la forma de la República Checa. Volviendo a la ciudad vieja, en la calle Husava, deberás fijarte bien en la escultura que aparece colgado de una viga (Sigmund Freud). 

A unos pasos, la obra más buscada por los turistas. Su gran trabajo llamado Metamorfosis, que es la cabeza del escritor Kafka en una escala de 11 metros, de acero y que está en constante movimiento.   

Caminando hacia la Plaza Wenceslao y escondida en uno de sus edificios, está la escultura de San Wenceslao, santo y símbolo de la identidad checa. La versión de Černý de ésta figura muestra a su caballo boca abajo, muerto y con la lengua fuera. 

11.- Fotografiar la Casa Danzante  

Si seguimos buscando obras artísticas, modernas y fuera de lo común hay otra parada: La Casa Danzante.

Nadie creería que una pareja de bailarines de Hollywood inspiró esta construcción, que fue criticada al inicio por su estilo, para nada lineal. Ahora es otro ícono de la ciudad y se puede incluso subir al bar de la terraza, tomar más cervezas junto al Río Moldava.  

12.- Probar el Trdelník, el Goulash y sus cervezas artesanales  

En cada esquina de Praga, especialmente en la ciudad vieja, se ven locales horneando unos rollitos y luego rellenándolos de helado. Son los Trdelnik y aunque sea un kilo de azúcar no se puede pasar la oportunidad de probarlos.  

El Goulsah es otro plato típico, consiste en carne guisada con especias. El sabor es bastante fuerte por lo que lo acompañan de rodajas de pan o papas. La tradición, también, es servirlo con una cerveza negra.

Y si es sobre cervezas, los habitantes de este país son conocidos por consumirlo más en todo el mundo. Solo en Praga hay 30 fábricas. La Pilsner Urquell es una de las típicas.  

Antes de la pandemia se organizaban tours por cervecerías que llevan más de un siglo funcionando y por supuesto, recorridos por los bares.  Ahora es mejor consultar los sitios oficiales para tener una idea más clara sobre las restricciones.  

Datos:  

  • La República Checa pertenecía a Checoslovaquia y se separó en 1993.  
  • Su idioma es el checo.
  • Su moneda es la Corona Checa, a pesar de ser parte de la Unión Europea.
  • Praga es muy asequible. La mejor época en cuanto a precios de hoteles y vuelos es el invierno. La transportación es económica, al igual que los precios de los tours y los restaurantes.
  • En la Ciudad Vieja se encuentran los tours gratuitos, cualquier turista puede acompañarlos. Obvio se deja propina.  
  • Si tienes más tiempo puedes agregar a tu lista el barrio y cementerio judío, la Plaza de Wenceslao, ver una obra de teatro negro y un paseo por el Río Moldava. 

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La nueva normalidad en Riviera Maya

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Holidays, travel, sightseeing, expeditions, tours, cruises… these the are words that in the times of the pandemic have been taken away from our vocabulary.  Even thinking about them causes frustration, because all those plans to visit another country fell apart during 2020.  

Definitivamente, en tiempos de Covid19, viajar no es la opción más acertada y quedarse en casa es la mejor manera de protegerse.  

Pero, hay quienes (me incluyo) pasamos chequeando esos vuelos baratísimos, hoteles con precios ridículos y restricciones de cada país, y queremos vencer el miedo al tomar “ese” riesgo. Al mismo tiempo, hay un sector turístico que necesita sobrevivir en medio de la crisis.  

Fue así como en julio llegué a la Riviera Maya, en México. Luego de informarme cuales son los sitios más seguros y que medidas de protección se deberían tener en cuenta. Playa del Carmen, Tulum y Holbox fueron los más acertados. Días antes, la zona había recibido el Sello internacional ‘Safe Travel’, que se los otorga la organización World Travel & Tourism Council, por cumplir con altos estándares de protección.  

El área comenzó desde junio a trabajar con una capacidad del 30% al 50% (semáforo epidemiológico naranja) así que era poco probable una aglomeración. Sus playas estaban cerradas, menos Holbox, por lo que busqué opciones de distracción y con el menor peligro de contagio.  

LOS AEROPUERTOS DESOLADOS

Nos repiten que el aeropuerto es el sitio más inseguro. Por mi experiencia personal, no lo sentí de esa manera. Quedé boquiabierta al entrar a la terminal 4 del John F. Kennedy, en Nueva York. Era impresionante verla vacía.  

Al hacer el chequeo en línea, tener equipaje de mano y el boleto en mi celular me evité hacer fila en la aerolínea. En el punto de seguridad, los oficiales al igual que los pasajeros tenían la obligación de usar mascarillas. Nadie se te acerca al menos que la máquina detectora de metal suene y en cada rincón hay gel antibacterial.  

Viajé en Delta. En mi vuelo, 1 o 2 personas sentadas por fila. Me entregaron desinfectante, al abordar y cuando recibí una funda con agua y galletas.  

Casi 4 horas con la mascarilla es desafiante, pero las azafatas chequeaban regularmente si nos las sacábamos. La clave: lavarse las manos o desinfectárselas cuanto sea necesario. 

Al llegar, en el aeropuerto de Cancún, hay distancia social y todo luce desinfectado. Al regresar a Estados Unidos, en cambio, tuve que llenar una forma en línea donde confirmaba que no tenía síntomas ni que había estado con contacto con algún contagiado.   

HOLBOX

Mi primer destino fue la isla de Holbox. En esta ocasión preferí rentar un carro hasta el puerto de Chiquilá para luego tomar el barco. El ferry tiene limitada su capacidad y para ingresar hay que cruzar el túnel de desinfección. Incluso para subirse a los taxis (que son carros de golf) una vez más el uso de cubrebocas es obligatorio.  

Los hoteles tenían su capacidad al 30%, por lo que te sientes que eres el único hospedado. Sus empleados además de la mascarilla, se protegieron la cara con los protectores faciales. Ellos, tomaban la temperatura a sus huéspedes al momento de ingresar y desinfectaban los zapatos.   

Hay actividades que no requieren estar en grupo, los hoteles ofrecen tours privados de hasta 5 personas. La playa es amplia y puede ser que no veas otro turista nadar en el mar o bronceándose a una distancia de 10 metros.  

TULUM  

El segundo destino fue Tulum. En esta ocasión la opción fue rentar una casa en Airbnb. Sus dueños hicieron hincapié de que sus normas de higiene fueron rigurosas, pero no estaba de más tener toallas desinfectantes.  

Las restricciones por el covid19 y el exceso de sargazo (algas marinas) son las razones por las que estaba prohibido ingresar a las playas y a su zona arqueológica. Pero, Riviera Maya tiene un abanico de distracciones que incluye paseos a lagunas y cenotes (estanques naturales de agua dulce).   

Tulum es una de las ciudades mayas más visitadas en México, pero en esta ocasión solo se vieron locales. Sin embargo, es tan encantadora y con puntos de interés fotografiables que vale la pena recorrerlos en bicicleta, algo tradicional entre los turistas.   

Por 8 dólares renté una bicicleta por el día. Pedalear por la zona hotelera cercana a la playa fue una buena opción. 

El área es ideal para tomarse esas fotos perfectas para publicar en las redes sociales. Paradas obligatorias: El letrero “Follow de Dream”, de la tienda Lolita Lolita; los columpios de local de bebidas Matcha Mama; la escultura “Ven a la Luz” del artista Daniel Popper en el hotel “Ahau”; la entrada del hotel Selina, y el cenote dentro del restaurante Clandestino.  

Otra parada para disfrutar sin tener contacto con más turistas fue la laguna Kaan Luum. Esta gigante reserva natural abre desde la 9am. Lo caracteriza sus tonalidades, que van cambiando a medida que se vuelve más profundo. Además, tiene hamacas y columpios alrededor que hace la visita más placentera y relajante.   

Su precio es de 50 pesos (3USD). Adicional se puede rentar el equipo para hacer kayak o bucear.   

Uno de los sitios sagrados de los Mayas eran los cenotes, que son estanques de agua dulce con cuevas y ríos subterráneos. Son famosos a lo largo de la Península de Yucatán.  

Solo en Riviera Maya se puede bucear y nadar en unos 20 sitios. Cerca de Tulum está Gran Cenote, que es más abierto y amplio para respetar el distanciamiento. Aquí también, los protocolos de desinfección, de la nueva normalidad, se aplicaban y los empleados se preocupaban en evitar multitudes.   

RESTAURANTES

Las playas estaban cerradas, pero los restaurantes de los hoteles al pie del mar si funcionaban. Aún era posible, tomarse una margarita y comerse unos tacos, disfrutando de la brisa y de la vista.  

Así fue como en hoteles como Mi Amor, en Tulum y Mamitas, en Playa del Carmen incluso se pudo ingresar a la piscina sin pánico, ya que, por la limitación de turistas, estaban casi vacías.    

En Playa del Carmen, los restaurantes comenzaban a reactivarse. Al entrar, sus meseros completamente protegidos, le aplican a cada cliente desinfectante y les toman la temperatura. Asimismo, a cada mesa les colocaban letreros para notificar que están limpias y los menús eran códigos de barra que se escanean en el celular. Los bares y discotecas permanecían cerradas.   

Playa del Carmen

PASEO EN CATAMARÁN    

Mi último día en el Caribe Mexicano decidí tomar un tour por Isla Mujeres en un catamarán. Su capacidad reducida de 50 a 12 personas.   

Al ingresar al puerto en Cancún, a todos nos tomaron la temperatura, nos ofrecieron el gel antibacterial y para entrar al catamarán, nuestros zapatos se quedaron en una caja, que sus empleados desinfectaban.   

La tripulación jamás se sacó su mascarilla, pero los visitantes si pudimos hacerlo, mientras estuviéramos separados. También, para hacer buceo recibimos los equipos desechables. 

Durante mi semana en Riviera Maya, pude observar que el sector turístico continúa preparándose para esta nueva normalidad y para cuando la reapertura del área sea del 100 por ciento.   

El turismo es considerado un trabajo esencial en México por lo que sus habitantes siguen y nos hacen cumplir exhaustivamente los protocolos sanitarios para que el peligro de contagio sea mínimo y todos los viajeros sientan confianza de viajar a pesar de la incertidumbre que se vive en el mundo. 

PARA ANOTAR:   

  • Los parques de la cadena Xcaret están abiertos al público, pero con horarios reducidos. Lo mejor es chequear su página www.xcaret.com  
  • A partir del 7 septiembre, las playas de Riviera Maya (Cancún, Playa del Carmen, Tulum y otros municipios) ya entraron al semáforo amarillo. Sus playas comenzaron la reapertura en un 60-70%.   
  • El aeropuerto de Cancún y Cozumel están abiertos.   
  • No se necesita hacer cuarentena al arribar a México. Pero para información sobre las restricciones y el semáforo epidemiológico se puede ingresar a  https://reactivemosq.roo.gob.mx/  .

 

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