Tailandia me eligió. Me atrevo a decirlo porque nunca estuvo en mi lista de viajes. Al menos no en el 2016. Solo apareció y en el momento indicado. Fueron 10 días en los que la palabra ‘plan’ no estuvo en mi agenda. Solo me aventuré a un continente totalmente desconocido: El sudeste asiático.
No me arrepiento. El país me atrevo a decirlo, es uno de los más cautivadores. Sus maravillosas playas y sus magistrales templos te envuelven y sus extremos contrastes son su atractivo, su esencia.
La religiosidad, su lealtad al Rey y la prostitución pueden compartir incluso el mismo perímetro. Y lo mejor, es que no necesitas una fortuna para disfrutarlo sino que con poco presupuesto puedes hacerlo.
Era noviembre y el motivo: El Yi Peng o el festival de las linternas en Chiang Mai, norte de Tailandia. Buscar los tickets aéreos no fue difícil con Expedia. Una semana antes del evento (13 de Nov) los encontré en 630 USD por China Southern Airlines. Pero el precio puede bajar más con anticipación.
Eso sí, el primer vuelo desde New York tiene un promedio de 16 horas y casi todos tienen extensas escalas en ciudades chinas que nunca habías escuchado y en las que difícilmente hablan inglés, por lo que debes estar preparado.
En mi caso fueron siete horas en Guangzhou, China y en luego ocho en Bangkok, para finalmente arribar a Chiang Mai. En cuestión de alojamiento, el abanico de opciones es extenso. Hostales, hoteles lujosos, bed & breakfast ubicados en el sector histórico de la ciudad con diferentes precios. Elegí Fuengfa Place 34USD por una habitación con dos camas.
Chiang Mai es una ciudad con mucho tráfico y ruido, pero sus imponentes templos budistas son la principal atracción. En cada calle los monjes con sus trajes naranjas decoran la ciudad. Y los tuk tuks (tricimotos) y los songthaew (furgonetas colectivas) le dan el toque urbano.
Los sitios que son parada obligatoria: Templo Wat Pa Prao Nok, Wat Phra Singh, Wat Phan Tao, Wat Phra That Doi Suthep y el más antiguo Wat Chedi Luang Worawihan por el cual solo pagas 1,50USD. El bazar y el mercado nocturno son los sitios perfectos para comprar.
Los precios son el enganche perfecto. Por ejemplo, en un día tus gastos pueden incluir 0.60USD en movilización, 5 USD por un almuerzo completo, cervezas como la Chang en 1USD, cocos 0.50 USD, camisetas en 3 USD, carteras por 10 USD. Y el famoso masaje tailandés por 6 USD.
Mis amigos y yo rentamos un taxi para poder tomar los tours fuera la ciudad. La primera parada fue en un centro de rescates de elefantes. Por 79USD entramos a Elephant Nature Park. Alimentar, pasear y bañar a nuestra amiga Satawy por dos horas fue inolvidable.
Luego, con los nervios de punta entramos a las jaulas de los tigres y finalizamos en la tribu de las mujeres de ‘cuello largo’.
Finalmente era la noche del 13 de noviembre. La luna llena era el marco perfecto para iniciar el festival de linternas que ocurre todos los años. Como no alcanzamos a comprar los tickets para el evento principal, tuvimos que irnos a un pueblo llamado Lumpung.
En ese sitio el tour nos costó 60 USD incluía el transporte, cupones para comida, la entrada y las linternas.
Soltar y dejar todo lo malo es parte de la doctrina budista. Los rezos y las bendiciones de los monjes, el encender las linternas y soltarlas fue tan mágico. Miles de luces amarillas adornaban el cielo, tal como la película Rapunzel.
Por un segundo te sumerges en ese espectáculo donde no sabes si tomar fotos, abrazar a los que están contigo o soltar tu linterna. Ese momento fue un 'visto' en nuestra lista de “cosas por hacer” o “bucket list”.
Una vez terminado el evento nuestro siguiente destino era descubrir el sur y sus playas. Pero hasta este punto recomiendo Tailandia. Mochilera o aventurera es un destino al que no le puedes decir que no.